Es una edad de la persona en crecimiento, que busca su definición personal y social, es una etapa de desarrollo, rica en promesas de renovación y reservas de entusiasmo para la humanidad.
UNA EDAD de transición que le permite descubrirse como persona inacabada, como hombre en proyecto, en constante aprendizaje, y aunque es transitorio, es muy importante, porque determina las bases para el futuro. Es donde la persona toma posición y decisiones ante la vida.
Es la época en que ofrece generosa al mundo todas sus ilusiones, fuerzas y posibilidades.
“Esta siempre impaciente por construir el mundo nuevo...”, este crecimiento impone una lucha permanente que dará al joven como fruto:
Ÿ Una madurez humana capaz de asumir todo lo bueno
Ÿ Una personalidad rica en valores
Ÿ Probabilidad de enriquecer a los demás en la convivencia social
UNA OPCIÓN: En esta época de su vida, el joven se ve urgido a definirse. Es una necesidad el que aprenda a tomar decisiones... la vida le pide decidir... qué carrera elegir, que ropa ponerse..., seleccionar amistades, formar actitudes humanas y cristianas o vivir sin proyecto de vida, entregar su vida a una causa noble como la ayuda al más necesitado o vegetar al servicio de sus intereses egoístas... en la medida que aprenda a decidir, a ser dueño de sí y asumir responsablemente sus decisiones, ira conquistando su libertad, su felicidad... su realización.
UNA ACTITUD ANTE LA VIDA: Es la manera de ver y enfrentar las realidades, la capacidad de alegrarse con lo que comienza, de darse sin recompensa, de renovarse y de partir para nuevas conquistas.

LA JUVENTUD EN SÍ ES UNA RIQUEZA, POR EL SOLO HECHO DE COMENZAR LA VIDA, SUS CARACTERÍSTICAS Y VALORES SON UN TESORO PARA LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD.