Adiós a un grande...
El P. Andrés nació en Manacor, la tierra del Rafa Nadal, el 25 de agosto de 1923. Entró al Aspirantado teatino en Son Espanyolet cuando tenía 12 años: él siempre decía que su maestra rural fue la gran motivadora de su vocación. Hizo sus primeros votos en 1941, el 15 de septiembre, y fue destinado a nuestra Casa General, en Roma para estudiar filosof
ía y teología. En Roma mismo fue ordenado sacerdote el 8 de abril de 1950 volviendo a Son Espanyolet como Padre Formador de futuros teatinos.
Llegó a Argentina en diciembre de 1965. Trabajó un tiempo entre Villa Adelina y Boulogne y fue elegido en 1971 Consultor General, por lo que nuevamente volvió a Roma a prestar servicios a la familia teatina.
En 1975 volvió a Argentina… Su celo de pastor lo mantuvo siempre inquieto: sea en Villa Adelina, sea en La Plata, sea en Boulogne… siempre buscando el cómo servir mejor al pueblo de Dios. La catequesis y la misión fueron su labor pastoral más fecunda: innovó en la catequesis familiar, fundó centros misionales, y espacialmente tuvo siempre presente a los jóvenes en sus comunidades.
Se destacó por su generosidad a la Orden Teatina: siempre estuvo al servicio (o al pie del cañón, como solemos decir), atento en la formación de aspirantes y novicios, delegado provincial, vicario… amó a la Orden, amó a la Iglesia y amó a sus comunidades con mucha fecundidad.
Se dice que uno en la vida cosecha lo que siembra: en sus años de anciano fue para todos abuelo y pastor. Su siembra fue humilde, sincera y dada. Su cosecha es todo nuestro afecto, admiración y Acción de Gracias al Padre Dios por su vida entregada con alegría a ese Dios que siempre transmitió.
Querido Andrés, que el Señor te recompense con el ciento por un por haber dejado casa, padre, madre y hermanos, por haberte venido a la Argentina a hacernos teatinos, por haber entregado tu vida buscando el Reino de Dios y su justicia.
Gracias Padre Andrés!!!
El P. Andrés nació en Manacor, la tierra del Rafa Nadal, el 25 de agosto de 1923. Entró al Aspirantado teatino en Son Espanyolet cuando tenía 12 años: él siempre decía que su maestra rural fue la gran motivadora de su vocación. Hizo sus primeros votos en 1941, el 15 de septiembre, y fue destinado a nuestra Casa General, en Roma para estudiar filosof
ía y teología. En Roma mismo fue ordenado sacerdote el 8 de abril de 1950 volviendo a Son Espanyolet como Padre Formador de futuros teatinos.Llegó a Argentina en diciembre de 1965. Trabajó un tiempo entre Villa Adelina y Boulogne y fue elegido en 1971 Consultor General, por lo que nuevamente volvió a Roma a prestar servicios a la familia teatina.
En 1975 volvió a Argentina… Su celo de pastor lo mantuvo siempre inquieto: sea en Villa Adelina, sea en La Plata, sea en Boulogne… siempre buscando el cómo servir mejor al pueblo de Dios. La catequesis y la misión fueron su labor pastoral más fecunda: innovó en la catequesis familiar, fundó centros misionales, y espacialmente tuvo siempre presente a los jóvenes en sus comunidades.
Se destacó por su generosidad a la Orden Teatina: siempre estuvo al servicio (o al pie del cañón, como solemos decir), atento en la formación de aspirantes y novicios, delegado provincial, vicario… amó a la Orden, amó a la Iglesia y amó a sus comunidades con mucha fecundidad.
Se dice que uno en la vida cosecha lo que siembra: en sus años de anciano fue para todos abuelo y pastor. Su siembra fue humilde, sincera y dada. Su cosecha es todo nuestro afecto, admiración y Acción de Gracias al Padre Dios por su vida entregada con alegría a ese Dios que siempre transmitió.
Querido Andrés, que el Señor te recompense con el ciento por un por haber dejado casa, padre, madre y hermanos, por haberte venido a la Argentina a hacernos teatinos, por haber entregado tu vida buscando el Reino de Dios y su justicia.
Gracias Padre Andrés!!!
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1 comentario:
Tenía un servidor 18 años cuando ingresé como aspirante en la Orden Teatina, allá en Palma de Mallorca, en lo que era en aquellos tiempos el Seminario Teatino de la Divina Maternidad, el P. Andrés Pascual era el Prepósito en aquellos momentos y nunca le agradeceré bastante su cálida acogida y su interés por mí, para que empezara con fuerza los estudios.
Muchas gracias, P. Andrés.
Y a vosotros los de la Pastoral Juvenil Teatina en Argentina, que no es falten nunca los ánimos. Unidos desde Barcelona.
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